DOI: https://doi.org/10.25364/19.2021.6.5

ISSN: 2663-9815

Studia linguistica romanica 2021.6

La expresión de la polaridad positiva enfática en las lenguas romances

Anteposición no focal y marcadores focales positivos en catalán y occitano

Emphatic positive polarity in the Romance languages

Non-focal fronting and positive focal particles in Catalan and Occitan

Afra Pujol i Campeny

University of Cambridge

ap666@cam.ac.uk

https://orcid.org/0000-0003-2895-2989

Recibido el 25/3/2020, aceptado el 15/7/2020, publicado el 12/10/2021 bajo la licencia Creative Commons Attribution 4.0 International (CC BY 4.0)

Resumen: En este artículo, exploramos la expresión de la polaridad positiva enfática y la modalidad epistémica en catalán y occitano. Centrándonos en los mecanismos léxicos y sintácticos disponibles para su expresión en catalán y occitano y comparándolos con aquellos disponibles en español y francés, mostramos que, a nivel de expresión de polaridad positiva enfática, el catalán y el occitano comparten estrategias léxicas (las partículas /be, ben y pla/plan) y sintácticas (la anteposición no focal de elementos cuantificados). Su distribución en occitano sugiere la presencia de una isoglosa que relaciona la anteposición no focal entre los dialectos languedocianos y gascón con la expresión de la polaridad enfática, aspecto que refuerza el rol de bisagra de esta lengua entre las esferas lingüísticas iberorromance y galorromance y resalta la importancia del concepto de continuum para entender la variación lingüística en la Romania.

Abstract: This article compares the various strategies for expressing emphatic positive polarity and epistemic modality in the Romance languages. More specifically, it examines the lexical and syntactic mechanisms used in Catalan and Occitan for the expression of emphatic positive polarity and compares them with those of Spanish and French. The results indicate that Catalan and Occitan share both lexical strategies (the use of the particles /be, ben and pla/plan) and syntactic strategies (the non-focal fronting of quantified constituents). Furthermore, the study shows that the possibility of generating sentences with non-focal anteposition might act as an isogloss within Occitan dialects (specifically Gascon and Languedocien). This supports the assumption that Occitan serves as a bridge between Gallo-Romance and Ibero-Romance languages and highlights the importance of the notion of continuum in order to understand linguistic variation within the Romance languages.

Índice
1 Introducción
1.1 La polaridad positiva enfática y la modalidad epistémica
1.2 Estructura del artículo
2 La anteposición no focal y la expresión de la modalidad epistémica positiva
3 Bé/ben y pla/plan: la expresión de polaridad enfática y modalidad epistémica
3.1 El caso de bé/ben
3.2 Que y la modalidad epistémica enfática
3.3 Pla
4 Conclusión
Bibliografía

1 Introducción

[1] Las lenguas romances se han clasificado con respeto a su grado de divergencia fonética del latín, al grado de gramaticalización que exhiben en el dominio verbal, según las características de la distribución de los sujetos, según la coincidencia o divergencia léxica que exhiben entre ellas, entre muchos otros parámetros y variables que han sido analizados con la intención de establecer su filogenética (véase Barra Jover 2004 para un resumen de las distintas propuestas de clasificación de las lenguas romances). Las conclusiones obtenidas dependen en gran medida de los parámetros que se decida considerar, como se ha expuesto detalladamente en la introducción a este volumen.

[2] El objetivo de este artículo es añadir una variable más a la comparación de las lenguas romances: la expresión de polaridad positiva enfática. Centrándonos en los mecanismos sintácticos y léxicos disponibles para su expresión en catalán y occitano y comparándolos con aquellos disponibles en español, francés e italiano, mostraremos que, a nivel de la expresión de polaridad enfática y modalidad epistémica, el catalán y el occitano comparten estrategias léxicas y sintácticas de origen común pero de realización diversa que tienden un puente entre las lenguas ibéricas y las galas (entendidas geográficamente) y que pueden contribuir a expandir nuestro conocimiento sobre la evolución de las lenguas romances y su diversificación.

[3] En este apartado, presentamos la noción de polaridad positiva enfática y la estructura del artículo.

1.1 La polaridad positiva enfática y la modalidad epistémica

[4] Las proposiciones afirmativas no marcadas pueden presentar dos valores de polaridad: [+positivo] y [+negativo], como se ilustra en (1) y (2):

(1)

Polaridad positiva no marcada, Catalán:

En

David

menja

una

poma.

el

David

come

una

manzana

(2)

Polaridad negativa no marcada, Catalán:

En

David

no

menja

una

poma.

el

David

no

come

una

manzana

En catalán, así como en español, francés, y dialectos occitanos preponderantemente centrales y orientales1, las oraciones que corresponden a una afirmación con polaridad afirmativa no marcada se caracterizan por la ausencia de una marca léxica o morfológica de dicha polaridad. En cambio, la polaridad negativa, aunque sea no marcada, requiere la presencia del adverbio negativo no, como en (2). Los rasgos [+/–positivo] y [+/–negativo] corresponden a valores absolutos de polaridad del predicado de la oración. En (1), David come una manzana, y en (2), simplemente no lo hace.

[5] Además de presentar rasgos de polaridad absoluta, las oraciones también poseen los rasgos de polaridad relativa [+/–coincidencia] y [+/–refutación]2 (Martins 2013; Farkas & Bruce 2010; Pujol i Campeny 2019), los cuales sitúan la proposición en relación con su contexto discursivo y establecen si concuerda o difiere con lo que se establece en este, como muestran los siguientes ejemplos:

(3)

A:

Hoy no ha llovido.

B:

Sí (que) ha llovido.

(4)

Catalán:

A:

Avui

no

ha

plogut.

hoy

no

ha

llovido

B:

que

ha

plogut.

que

ha

llovido

(5)

A:

Hoy ha llovido.

B:

Sí (que) ha llovido.

(6)

Catalán:

A:

Avui

ha

plogut.

hoy

ha

llovido

B:

que

ha

plogut.

que

ha

llovido

(7)

A:

¿Ha llovido hoy?

B:

Sí (que) ha llovido.

(8)

Catalán:

A:

Ha

plogut

avui?

ha

llovido

hoy

B:

que

ha

plogut.

que

ha

llovido

[6] En (3) y (4), el hablante A afirma que, durante el día de hoy, no ha llovido. Esta afirmación es refutada por el hablante B, que se sirve de para refutar la afirmación anterior, revirtiendo su polaridad. En (5) y (6), en cambio, el hablante A afirma que durante el día de hoy ha llovido. El interlocutor B, expresa su coincidencia con el hablante A, usando también la partícula de polaridad enfática . Finalmente, en (6) y (7), a la pregunta de si hoy ha llovido, B contesta con una frase que contiene la partícula de polaridad enfática , cuya presencia cancela una posible lectura negativa de la respuesta ha llovido. Los ejemplos (3-8) ilustran los varios contextos en que la partícula de polaridad enfática puede aparecer: después de una oración declarativa con negación explícita en (3-4), después de una oración declarativa afirmativa en (5-6) y como respuesta a una pregunta cerrada en (7-8)3. En consecuencia, en los ejemplos (3-8) la presencia de la partícula de polaridad enfática implica la refutación o reafirmación de una proposición previamente introducida en el discurso, así como la focalización de la polaridad positiva de la oración en un contexto que o bien niega o bien afirma su contenido. Dada su capacidad focalizadora, Rigau (2004) designa estas partículas marcadores focales.

[7] Las partículas de polaridad enfática (o marcadores focales) tienen en común el hecho de poder reafirmar solamente información de fondo (es decir, información ya introducida en el discurso), eliminando del contexto cualquier supuesto contrario. Así pues, una oración con no podría ser nunca el inicio de una conversación y no podría introducir nueva información, como se ilustra en (9):

(9)

A:

Hoy ha llovido.

B:

**Sí hay manzanas.

En (9), el hablante B responde que, en efecto, hay manzanas. Nada en el contexto, que consiste en la afirmación de A que llueve, puede actuar como fondo del enunciado de B.

[8] Aparte de poder situar la polaridad de una oración en relación con su contexto discursivo, el hablante también puede expresar su grado de compromiso con la veracidad del enunciado de la proposición en función de la información con la que cuenta en el momento de producción, es decir, la modalidad epistémica de la oración, mediante partículas de polaridad (Pusch 2000; Rigau 2004: 28; Hernanz & Rigau 2006). La expresión de la modalidad epistémica puede ser independiente o sincrética con la expresión de la polaridad enfática, puesto que cuando un hablante afirma con énfasis un enunciado, suele estar convencido de la veracidad de su contenido.

1.2 Estructura del artículo

[9] Primeramente, consideraremos la expresión de la polaridad positiva enfática en catalán y occitano mediante una operación sintáctica: la anteposición no focal, para considerar seguidamente la expresión de la polaridad enfática en catalán y en occitano por medios léxicos, centrándonos en los adverbios bé/ben y pla/plan. A lo largo del artículo, compararemos la situación del catalán y el occitano con la de otras lenguas romances, dibujando una tipología de las lenguas romances relativa a la posibilidad de expresar la polaridad positiva enfática por medio de anteposición no focal y el uso que hacen de las partículas de polaridad positiva enfática bé/ben y pla/plan.

2 La anteposición no focal y la expresión de la modalidad epistémica positiva

[10] En las lenguas romances encontramos tanto mecanismos sintácticos como léxicos para poner énfasis en o focalizar la polaridad de una oración. Un mecanismo de este tipo son las oraciones con anteposición no focal (Cruschina & Remberger 2017; Eide & Sitaridou 2014; Escandell Vidal & Leonetti 2009; Leonetti & Escandell Vidal 2009; Leonetti 2017). Las oraciones con anteposición no focal presentan el orden linear SX-V-S: es decir, un constituyente distinto al sujeto aparece en posición preverbal, seguido del verbo, que, a su vez, es seguido por el sujeto.

[11] La estructura exacta de la periferia izquierda de las lenguas romances se escapa del alcance de este artículo, pero seguiremos a Hernanz (2006), Batllori & Hernanz (2013, 2015), Martins (2013) y Pujol i Campeny (2019) al asumir que la presencia de ciertos elementos en la periferia izquierda, como las partículas de polaridad, está relacionada con la expresión de la polaridad relativa, así como la expresión de la modalidad epistémica, que expresa el grado de compromiso del locutor con la certeza de la proposición (Rigau 2004; Villa-García & González Rodríguez 2020).

[12] Las lenguas romances medievales presentaban una alta frecuencia de oraciones principales con el orden SX-V-S. Esta estructura se ha asociado al paso de las lenguas romances medievales por una fase V2, en que el verbo tendría que aparecer sistemáticamente en la segunda posición de la frase, precedido por un sintagma que no necesariamente tendría que ser el sujeto. No está claro si la preponderancia de esta linearización es realmente consecuencia de un requerimiento sintáctico (Roberts 1993; Poletto 2014; Wolfe 2019; entre otros), o más bien un rasgo estilístico o derivado de la estructura informativa de las lenguas romances medievales (Pierre Larrivée c.p.; Sitaridou 2012, 2019; Batllori 2016; Pujol i Campeny 2018; Martins 2019). Sea como fuere, en el paso de las lenguas romances medievales a las lenguas romances modernas se constata un declive global en la frecuencia de oraciones que presentan el orden no focal SX-V-S, y la posibilidad de generar oraciones con este orden se convierte en un polo de variación entre las lenguas romances modernas (Leonetti 2017: 908).

[13] Según Leonetti (2017), las oraciones que exhiben el orden SX-V-S en las cuales el sintagma antepuesto no es contrastado no presentan partición informacional: es decir, la anteposición no tiene la función de señalar el valor temático o contrastivo del constituyente antepuesto, como sería el caso de las dislocaciones a la izquierda, ni tampoco de establecer foco sobre el sujeto postverbal, sino que la anteposición cancela la estructura bipartita de la información de la oración, haciendo que se interprete como un solo fragmento informacional. El sintagma antepuesto tiende a ser anafórico o cuantificado. En el caso de los sintagmas anafóricos, contrariamente a los casos de dislocación a la izquierda en los cuales el sintagma antepuesto actúa como tema marco y aparece con un pronombre clítico co-referente, su presencia en la periferia izquierda establece una conexión entre la oración y el discurso. La lectura que reciben tanto las oraciones con anteposición anafórica como aquellas con anteposición cuantificada son de foco de polaridad (Escandell Vidal & Leonetti 2009), en que la polaridad positiva de la oración recibe foco estrecho, reforzando la aseveración y dotando la estructura de un tono enfático.

[14] Como hemos dicho, la productividad de esta estructura varía entre las lenguas romances, que Leonetti (2017) divide entre permisivas y restrictivas. El español, el portugués y el rumano permiten la anteposición de todo tipo de elementos, incluyendo demostrativos, elementos cuantificados no específicos, elementos de polaridad negativa, adverbios y sintagmas preposicionales, mientras que el catalán y el italiano solo aceptan la anteposición de elementos cuantificados no específicos bajo circunstancias concretas. En cuanto al francés moderno, Lahousse (2011) describe la anteposición no focal como un vestigio de una etapa anterior de la lengua, siendo esta estructura no productiva en la lengua corriente4. Dado que los órdenes SX-V-X con anteposición no focal eran posibles tanto en latín como en todas las lenguas romances medievales, las lenguas permisivas se pueden considerar arcaizantes, mientras que las restrictivas serían innovadoras, al haber restringido o perdido esta posibilidad.

[15] Leonetti (2017: 915) propone la siguiente jerarquía de las lenguas romances, ordenadas de más restrictiva a más flexible, según su posibilidad de producir estructuras de anteposición no focal con lectura de foco de polaridad con distintos tipos de constituyente:

(10)

Francés → Italiano → Catalán → Portugués europeo → Rumano → Español

En un extremo, encontramos el francés, cuya capacidad de generar oraciones con anteposición no focal está limitada a los contextos literarios, mientras que en portugués europeo, rumano y español, cualquier tipo de constituyente es susceptible de ser antepuesto con lectura no focal. En catalán, como en italiano, la anteposición no focal con lectura de foco de polaridad está restringida a elementos cuantificados, ya sean negativos o positivos (Batllori & Hernanz 2011), como se ilustra en (11-14)5:

(11)

Catalán:

Algú

hi

trobarem

a

la

Rambla.

alguien

allí=

encontraremos

en

la

Rambla

(12)

Catalán:

Gaire

estudiants

no

deu

haver

aprovat,

aquest

professor.

muchos

estudiantes

no

debe

de haber

aprobado

este

profesor

(13)

Catalán:

Prou

ha

lluitat

la Maria,

per

aconseguir

aquesta

feina.

bastante

ha

luchado

María

para

conseguir

este

trabajo

(14)

Catalán, Quer (2002: 156, ej. 25a):

Molts

diners

no

han

costat,

aquestes

pendientes.

muchos

dinero.PL

no

han

costado

estas

arracadas

[16] El occitano no figura en el estudio de la anteposición no focal de Leonetti (2017) ni en la literatura reciente que estudia la expresión del foco de polaridad o los órdenes SX-V-S en las lenguas romances modernas. Tampoco hemos encontrado referencias a este fenómeno en estudios de la estructura informativa del occitano moderno (Sauzet 1989; Lahne 2005; Faure & Oliviéri 2013). Con el objetivo de situarlo en la jerarquía de Leonetti (2017) y explorar los mecanismos que usa para la expresión de la polaridad enfática, nos hemos servido de la base de datos BaTelÒc (Bras & Vergez-Couret 2016)6 y de consultas a hablantes nativos para establecer cuál es el comportamiento de esta variedad lingüística en torno a la expresión de foco de polaridad mediante el orden SX-V-S y elucidar si se alinea con el francés, donde solo encontramos órdenes SX-V-S en textos arcaizantes, con el catalán, variante restrictiva en cuanto a la producción de órdenes SX-V-S para la producción de foco de polaridad, o bien con el español, lengua permisiva con relación a la anteposición no focal.

[17] En primer lugar, expondremos los hallazgos hechos en BaTelÒc, para luego contrastarlos con los datos procedentes de hablantes. Las búsquedas en BaTelÒc se han realizado excluyendo dos géneros literarios con tendencia a presentar hipérbaton (canciones y poesía) con el fin de identificar solamente casos genuinos de anteposición no focal.

[18] Como se constata en (15-18), en occitano, como en catalán, encontramos casos de SX-V-S en los cuales SX es un sintagma cuantificado. En cada ejemplo, se especifica el autor, la fecha de producción del texto y su filiación dialectal, según aparece en BaTelÒc:

(15)

Occitano languedociano, Franc Bardòu, La nuèit folzejada, 2003, BaTelÒc:

Fòrça

aisit

m'

es

de

constatar

que

d'

aiceste

costat,

muy

fácil

me=

es

de

constatar

que

de

este

lado

i

a

pas

res

mai!

allí

hay

no

nada

más

(16)

Occitano languedociano, Joan Bodon, La quimera, 1989, BaTelÒc:

Paire

Folcrand,

pauc

de

causa

vos

demandam

(…)

Padre

Folcrand

poco

de

cosa

os

pedimos

(17)

Occitano languedociano, Sèrgi Viaule, Escorregudas en Albigés, 2012, BaTelÒc:

Cap

de

perilh

me

grelha

pas

pus.

ningún

de

peligro

me

consume

no

más

Como se puede apreciar, el orden SX-V-S es posible en occitano. A pesar de que la falta de sujetos explícitos postverbales nos impide establecer si estos casos de SX-V-S son irrefutablemente equivalentes a los casos de SX-V-S en catalán con lectura de foco de polaridad presentados en (11-14), el hecho de que solo hayamos podido identificar casos de SX-V-S en los cuales el sintagma antepuesto es cuantificado refuerza el paralelismo entre el occitano y el catalán7. Cabe mencionar que todos los casos de SX-V-S identificados en BaTelÒc pertenecen al dialecto languedociano. Este hecho puede derivarse o bien de la composición de la base de datos, que contiene una mayoría de textos languedocianos, o bien de que esta posibilidad no sea activa en los otros dialectos. Dejamos esta línea de investigación para más adelante, y por el momento, simplemente concluimos que SX-V-S con lectura de foco de polaridad en occitano languedociano presenta la misma distribución que en catalán, y, por lo tanto, proponemos la siguiente adaptación al continuum de Leonetti (2017)8:

(18)

Francés → Italiano → Occitano (languedociano) → Catalán → Portugués europeo → Rumano → Español

[19] Además de investigar la distribución de SX-V-S en la base de datos BaTelÒc, pedimos a hablantes de occitano que se adscriben al dialecto languedociano que tradujeran las frases (11-14). Los ejemplos (19-22) recogen el resultado:

(19)

Occitano languedociano:

I

trobarem

ben

qualqu'un,

sus

la

passejada.

allí

encontraremos

bien

alguien

sobre

la

paseo

(20)

Occitano languedociano:

Ne

deu

aver

fach

passar

plan

pauc(s),

d'estudiants,

aquel

professor.

de estudiantes=

debe

haber

hecho

pasar

muy

pocos

de estudiantes

ese

profesor

(21)

Occitano languedociano:

A

ben

pro

luchat,

Maria,

per

aver

aquel

trebalh.

ha

bien

bastante

luchado

Maria

para

obtener

ese

trabajo

(22)

Occitano languedociano:

Fin finala,

a

pas

costat

tròp

car,

lo

sopar.

al fin y al cabo

ha

no

costado

demasiado

caro

la

cena

En (19-21), el mecanismo elegido para expresar foco de polaridad no es la anteposición de un sintagma, sino el uso de los adverbios ben 'bien' y plan 'muy', que aparecen junto al elemento cuantificado: qualqu'un 'alguien' en (19), pauc 'pocos' en (20) y pro 'bastante' en (21). Como veremos en § 3, ben y plan son elementos de polaridad positiva, y, por lo tanto, se excluyen mutuamente con el adverbio negativo pas, imposibilitando que aparezcan en (22). Tampoco recurre al uso de SX-V-S, que sí que se puede dar en oraciones negativas en catalán, como es el caso de (14)9.

[20] Conviene resaltar que el uso de estos elementos no se limita a entornos positivos con cuantificadores, sino que también se encuentran en casos de foco de polaridad que no contienen sintagmas cuantificados. Los ejemplos (23-25) ilustran cómo en casos en los que en español peninsular se utilizaría el orden SX-V-S para expresar foco de polaridad (extraídos de Batllori & Hernanz 2011), en occitano languedociano se recurre a ben, y en ocasiones, a plan:

(23)

Occitano languedociano:

a.

Mucho me temo que la crisis no ha tocado fondo.

b.

Ai

ben

paur

que

la

crisi

siá

pas

acabada

encara.

tengo

bien

miedo

que

la

crisis

sea

no

acabada

aún

(24)

Occitano languedociano:

a.

Eso mismo digo yo.

b.

Es

ben/plan

çò

que

disi.

es

bien/muy

eso

que

digo

(25)

Occitano languedociano:

a.

Sus razones tendrá para actuar de este modo.

b.

Deu

ben

aver

sas

rasons

per

reagir

aital.

debe

bien

tener

sus

razones

para

actuar

así

[21] Ben y plan aparecen sistemáticamente después del verbo flexionado (ya sea léxico o auxiliar), desde donde focalizan la polaridad de la oración entera.

[22] Leonetti & Escandell (2009) describen el foco de polaridad como focalización de la polaridad de la oración, cancelando así cualquier lectura posible de la oración que no sea la que el locutor pretende. En Martins (2013) y Hernanz (2006), se arguye que el foco de polaridad, así como las partículas de polaridad positiva ben y plan pueden funcionar también como mecanismos de expresión de polaridad relativa (Farkas & Bruce 2010), que, además, contribuyen a expresar el compromiso del locutor con la veracidad de la oración. En el caso de ben y plan, esto solo es posible si la oración es positiva. Dada la función de ben y plan en las oraciones (23b-25b), sería más exacto referirse a estos vocablos como marcadores focales, y no adverbios de grado, a pesar de que también puedan presentar esta función.

[23] En suma, en este apartado hemos establecido que el dialecto languedociano presenta dos mecanismos para la focalización de la polaridad de una oración: por un lado, la anteposición no focal con sintagmas cuantificados, como es el caso en catalán e italiano, y por otro, el uso de los marcadores focales ben y plan.

[24] En lo que sigue, examinamos con más detalle la distribución y los usos de ben y plan en occitano así como en catalán con tal de perfilar mejor la expresión del foco de polaridad en estas lenguas.

3 Bé/ben y pla/plan: la expresión de polaridad enfática y modalidad epistémica

3.1 El caso de /ben

[25] Hernanz (2006) ofrece un minucioso análisis de las propiedades sintácticas de bé/bien en catalán y español según sus distintas entradas en el lexicón, todas derivadas del adverbio de modo latino bene. Primeramente, expondremos sucintamente su análisis de bé/bien en catalán y español, para después contrastarlo con datos occitanos provenientes de la base de datos BaTelÒc.

[26] En primer lugar, el uso más habitual de bé/bien es el de adverbio de modo, que aparece canónicamente en posición posverbal (Cinque 1999). Como ocurre con los adverbios de modo, puede ser modificado por adverbios de gradación, en el caso de (26-28) muy, molt y fòrça:

(26)

Lo has hecho muy bien.

(27)

Catalán:

Ho

has

fet

molt

.

lo

has

hecho

muy

bien

(28)

Occitano provenzal, Glaudi Barsòtti, Testimòni d'un niston de la guèrra, 2002, BaTelÒc:

Ma

maire,

que

dançava

fòrça

ben,

podiá

far

quauquei

danças

(…)

mi

madre

que

bailaba

muy

bien

podía

hacer

algunos

bailes

[27] Este uso es compartido con otras lenguas romances, como el francés (bien), el italiano (bene), el portugués (bem), el rumano (bine), y el occitano (ben). El gascón se desmarca del resto de variedades consultadas en no mantener el adverbio de manera latino bene, habiendo adaptado plane, plan 'llano' para esta función.

[28] En segundo lugar, bé/bien puede actuar como adverbio de gradación focalizador que expresa un alto grado de compromiso del hablante acerca de una propiedad concreta, con alcance sobre un sintagma. Esta acepción de bé/bien se caracteriza por ser incompatible con la negación10 (véase (31)) y con adjetivos no graduables (véase (32)):

(29)

Hernanz (2006: 116, ej. 22a):
La habitación estaba bien sucia.

(30)

Catalán:

L'habitació

estava

ben

bruta.

la habitación

estaba

bien

sucia

(31)

*La habitación no estaba bien sucia.

(32)

*La cucaracha no estaba bien muerta.

[29] En tercer lugar, en catalán, el adverbio puede actuar como partícula de polaridad enfática que dota a una oración de lectura de foco de polaridad, apareciendo entre el auxiliar y el verbo léxico de una perífrasis verbal. Dada su posición posverbal en la oración, nos referimos a esta acepción como inferior. A pesar de su posición en la parte inferior de la estructura oracional11, la lectura de foco de polaridad abarca toda la proposición. También encontramos esta acepción en francés e italiano, y, como hemos visto en § 2, ejemplos (23b-25b), en occitano:

(33)

Catalán:

M'has

ben

espantat.

me=has

bien

asustado

(34)

Francés:

Tu

m'as

bien

compris.

me=has

bien

entendido

(35)

Italiano:

Ma

tu

mi

hai

ben

narrata

la

più

bella

novella

(…).

pero

me

has

bien

narrado

la

más

bella

novela

(36)

Occitano languedociano, Alain Lercher, Las Trèvas d'Orador, 2003, BaTelÒc:

En

fach,

lo

governament

de

Vichy

aviá

ben

protestat.

en

hecho

el

gobierno

de

Vichy

había

bien

protestado

[30] Nótese que, tanto en catalán como en italiano, el adverbio cambia de forma cuando se encuentra en esta posición: pasa de ser [be] a ben [ben] en la primera lengua, y de bene [bene] a ben [ben] en la segunda. Como veremos, también es el caso en occitano. Según Hernanz (2006: 112, n. 14), el paralelismo en la distribución del bien posverbal en estas lenguas no es más que aparente.

[31] El español moderno no presenta esta acepción, desmarcándose de las otras lenguas romances examinadas en este artículo. Sin embargo, encontramos ejemplos en castellano antiguo que sugieren que esta acepción de bien existía en un estadio anterior de la lengua12:

(37)

General Estoria, parte 6, cap. 43, CORDE:
Ell asno es bestia de natura que non puede bien sofrir frío (…)

(38)

General Estoria, parte 1, cap. 32, CORDE:
(…) él non lo podié ya bien sofrir (…)

[32] En cuarto lugar, Hernanz (2006) expone que, en español y catalán, bé/bien también puede funcionar como partícula de polaridad positiva superior13: es decir, puede aparecer en posición preverbal, expresando foco de polaridad, como el bé/bien inferior que acabamos de describir. En este caso, las características distribucionales presentadas por bé/bien son las siguientes: (i) bé/bien siempre aparece adyacente al verbo, pudiendo intervenir entre este y el verbo solamente pronombres clíticos14; (ii) bé/bien puede ser precedido por tópicos (elementos tematizados) dislocados a la izquierda, acompañados o no de un pronombre co-referente; (iii) bé/bien es incompatible con la negación explícita y elementos de polaridad negativa; (iv) bé/bien es incompatible con otros elementos de expresión de polaridad positiva enfática relacionados con el foco de polaridad, como (Batllori & Hernanz 2008, 2013; Hernanz 2006: 109), confirmando su estatus como elemento de polaridad positiva:

(39)

Hernanz (2006: 113, ej. 17b):
Bien me gustaría ayudarte, pero no puedo.

(40)

Catalán:

[De

pomes]i,

eni

menja

en

Jaume.

de

manzanas

bien

de ellas=

come

el

Jaume

(41)

Catalán:

*[De

pomes]i,

no

eni

menja

en

Jaume.

de

manzanas

bien

no

de ellas=

come

el

Jaume

(42)

Hernanz (2006: 109, ej. 8a):
*Bien sí ha comido Pepito.

[33] Según Batllori & Hernanz (2013), el proceso de gramaticalización que llevó a bé/bien a ser reanalizado como un marcador de polaridad enfática está relacionado con la anteposición no focal de este adverbio para obtener una lectura de foco de polaridad, con la consiguiente gramaticalización del adverbio como marcador de polaridad positiva enfática15. Ni el francés ni el italiano presentan un equivalente de bé/bien superior.

[34] A continuación, consideraremos si el occitano se comporta como el catalán, que tiene un superior y un inferior, como el español, que solo presenta el primero, o como el francés y el italiano, que solo presentan el segundo.

[35] Oliviéri & Sauzet (2016: 342) exponen brevemente el sistema de partículas enunciativas del occitano, una de las características singulares de esta lengua. Especialmente en dialecto gascón, pero también en distinto grado en otros dialectos (véase el mapa 19.2 en Oliviéri & Sauzet 2016: 339), las oraciones declarativas positivas16 presentan obligatoriamente una marca de fuerza ilocutiva (Giurgea & Remberger 2016) que cambia en función de la actitud del hablante hacia el contenido del enunciado, es decir, en función de la modalidad epistémica (Suïls Subirà & Ribes 2015).

[36] Las partículas enunciativas presentan la misma distribución sintáctica que bé/bien superiores: (i) aparecen en posición preverbal, siempre adyacentes al verbo (con la excepción de pronombres clíticos, que pueden intervenir entre la partícula enunciativa y el verbo), (ii) pueden ser precedidas por tópicos, (iii) no pueden ocurrir en oraciones negativas, sugiriendo que además de marcas de epistemicidad son elementos de polaridad positiva, y (iv) se excluyen mutuamente. Sin embargo, presentan una diferencia marcada: en gascón, la presencia de partículas enunciativas es condición necesaria en las oraciones declarativas positivas, mientras que en español y en catalán, la aparición de bé/bien depende íntegramente de si el locutor quiere revertir la polaridad de un enunciado explícito o sobrentendido en el discurso.

[37] Oliviéri & Sauzet (2016), siguiendo a Bouzet (1951), identifican y describen las siguientes partículas enunciativas: que, la más común, aparece en oraciones principales no marcadas; e, que aparece en oraciones interrogativas y exclamativas, y en algunos casos en oraciones subordinadas; ya/ye, que aparece en oraciones de polaridad positiva enfática (como las descritas con bé/bien en español y catalán en este apartado), y be, según Oliviéri & Sauzet (2016), busca la confirmación del interlocutor de que el contenido de la frase es correcto. No obstante, Pusch (2000) y Suïls Subirà & Ribes (2015) distinguen que y e (partícula que aparece en las oraciones negativas no marcadas según estos autores) de be y ya, considerando las dos primeras como partículas enunciativas, y las segundas como adverbios gramaticalizados con los que las partículas enunciativas alternan. Tanto las partículas enunciativas como los adverbios be y ya son mecanismos explícitos para marcar la actitud del hablante hacia el enunciado, que escoge entre uno y otro dependiendo de la actitud que desee expresar. Que y e expresarían una actitud no marcada: que en las declarativas principales, y e específicamente en las no declarativas (interrogativas y subordinadas). Be y ya, mucho menos frecuentes, se utilizan para expresar un mayor grado de compromiso con el contenido de la aseveración.

[38] A pesar de que las dos descripciones de be parezcan contradecirse, ya que la primera sugiere que be busca la aprobación del interlocutor mientras que la segunda resalta un alto grado de compromiso con la veracidad del enunciado por parte del locutor, Bouzet (1951: 48) vincula el uso de be a la polaridad positiva enfática. En el momento en que se introduce una oración con foco de polaridad en el discurso, se descarta la lectura contraria del mismo enunciado. Dependiendo de factores contextuales y de producción, como la entonación que se dé al enunciado, se puede o no buscar una reafirmación de aquello que el locutor cree ser cierto, pero no necesariamente (Garassino & Jacob 2018).

[39] Tanto el análisis de be de Pusch (1998, 2000) como las características distributivas de la partícula alinean el be occitano y los y bien superiores del catalán y español. Los siguientes ejemplos, provenientes del corpus BaTelÒc, refuerzan el paralelismo:

(43)

Occitano gascón, Jan Palai, Condes Bearnés, s.f., BaTelÒc:

Lo

praube

de

Papà

be

se'n

deu

donc

arríser

(…)

el

pobre

de

Papá

bien

se=de esto=

debe

pues

reír

(44)

Occitano gascón, Sèrgi Javaloyès, L'òra de partir, 1997, BaTelÒc:

Anjo,

aquiu

que

l'as,

la

salada

judiva,

be

l'

aimas

ángel

aquí

que

la=tienes

la

ensalada

judía

bien

la=

amas

aquera,

be

vas

poder

tornar

minjar

drin

(…)

esta

bien

vas

a poder

volver a

comer

un poco

(45)

Occitano gascón, Sèrgi Javaloyès, L'òra de partir, 1997, BaTelÒc:

Mes

totun,

be

's

semblava

a

Mamà

pero

de golpe

bien

se=

parecía

a

Mamá

En (43) y (44) be aparece dentro del discurso directo, mientras que (44) se encuentra dentro de una porción de texto narrativo. Esta distribución no es sorprendente, dado que el foco de polaridad se tiende a usar en lenguaje oral, como recurso expresivo para negociar el contenido del terreno común del discurso. En (43), encontramos dos be, siempre preverbales y adyacentes al verbo. El primero está precedido por un sujeto topicalizado. El hablante se sirve de be para afirmar que Papà ciertamente se está riendo17, sin buscar reacción alguna de su interlocutor. En (44), la locutora insta a su interlocutor a comer; por el contexto facilitado en BaTelÒc se sobreentiende que ha perdido el apetito a causa de una desgracia familiar. La locutora le propone una ensalada, que el interlocutor difícilmente podría rechazar dada su conocida preferencia por esta receta concreta, así que seguro que podrá comer un poco a pesar de su falta de apetito. Por lo tanto, el primer be afirma que al interlocutor le encanta esta ensalada, una cosa conocida por los participantes de la conversación, pero resaltada en el contexto de la falta de apetito. El segundo be excluye una lectura negativa del mismo enunciado que podría emerger del contexto. Finalmente, en (45), be se usa de nuevo no para descartar una lectura negativa de la situación, sino para poner énfasis en la veracidad del enunciado, como en (43): se resalta el parecido súbito de uno de los personajes con Mamà. Por lo tanto, be, en occitano, no solo exhibe la misma sintaxis que y bien en catalán y español, sino que también desempeña la misma función: puede, o bien revocar una lectura negativa de un enunciado (ya sea implícita o explícita), o bien simplemente aseverarlo enfáticamente.

[40] Por consiguiente, el be superior del occitano alinea esta lengua de nuevo con las lenguas iberorromances en la expresión de la polaridad positiva enfática. Dejando un análisis formal de la sintaxis de be en occitano para más adelante, el paralelismo distribucional y semántico con bé/bien sugiere una estructura compartida.

[41] Cabe resaltar que la mayor parte de ejemplos de anteposición no focal con lectura de foco de polaridad provienen de textos clasificados bajo la etiqueta languedociano en el corpus BaTelÒc, mientras que el uso del be superior se confina al dialecto gascón. En consecuencia, la expresión de polaridad positiva enfática es una candidata a isoglosa entre estas variantes del occitano, y potencialmente, entre las variedades iberorromances y galorromances. La disponibilidad de be como marcador de polaridad positiva enfática va más allá de la disponibilidad de un paradigma de partículas enunciativas: está conectada con los mecanismos disponibles para la expresión de la polaridad positiva y la modalidad epistémica enfática.

3.2 Que y la modalidad epistémica enfática

[42] En el apartado anterior hemos descrito que, en catalán, puede aparecer en una posición inferior en la frase (entre el auxiliar y el verbo léxico de perífrasis verbales) así como en una posición superior, adyacente al verbo, mientras que en español solo puede aparecer en una posición superior. Además de estas posibilidades, en ambas lenguas bé/bien puede aparecer seguido de que:

(46)

Batllori & Hernanz (2011: 6, ej. 32b):
Bien habrá tiempo para pensar en eso.

(47)

Hernanz (2006: 143, ej. 86):
Bien que no fuma Pepito.

(48)

Catalán, adaptado de Batllori & Hernanz (2011: 8, ej. 47b):

hi

ha

anat

en

Joan,

a

la

biblioteca.

bien

allí=

ha

ido

el

Joan

a

la

biblioteca

(49)

Catalán, Batllori & Hernanz (2013: 28, ej. 26b):

que

en

Joan

ho

ha

dit.

bien

que

el

Joan

lo

ha

dicho

Si nos fijamos atentamente en estas oraciones, advertiremos diferencias importantes entre la sintaxis de bien y superiores y bien que y bé que. Bien y aparecen siempre adyacentes al verbo, con el sujeto elidido, posverbal o bien, topicalizado, y excluyen la presencia de negación en la frase. A su vez, las oraciones con bien que y bé que admiten que haya elementos entre bien que y el verbo, incluyendo el sujeto, como en (49), y además, pueden aparecer con negación, como en (47)18. Según Hernanz (2006), la diferencia interpretativa principal entre bien y bien que es que el último expresa un grado mayor de compromiso del hablante con la veracidad del enunciado que en las oraciones con bé/bien superior, rechazando toda lectura con polaridad inversa de la proposición contenida en la frase (ya sea positiva o negativa), mientras que bé/bien producen una lectura enfática de la polaridad positiva de la proposición en un contexto que evoca una lectura negativa de ella.

[43] Encontramos estructuras similares en occitano provenzal y languedociano:

(50)

Occitano provenzal, Magalí Bizot-Dargent, Esquissas per un retrach de l'ombra, 2014, BaTelÒc:

I

cresián.

I

avèm

totei

cresegut,

benlèu

ben

que

i

en ello=

creían

en ello=

hemos

todas

creído

tal vez

bien

que

en ello=

crèsi

encara,

un

pauc,

ben

au

fons.

creo

aún

un

poco

bien

en el

fondo

(51)

Occitano languedociano, Marcèu Esquieu, Dels camins bartassièrs, 2003, BaTelÒc:

Es

una

bretona

tota

trecelada,

que

son

paire

es

pè-negre

es

una

bretona

toda

vivaracha

que

su

padre

es

pied-noir

e

que

nasquèt,

me

diguèt

ela,

fa

vint-e-cinc

ans

del

y

que

nació

me

dijo

ella

hace

veinticinco

años

al

costat

d'

Oran.

Mas

benlèu

ben que

sos

aujòls

èran

bretons!

lado

de

Orán

pero

tal vez

bien que

sus

ancestros

eran

bretones

Como en el caso del español y el catalán, ben que contrasta estructuralmente con ben al no requerir ser adyacente al verbo, sino que admite otros elementos, como en (51), donde el sujeto sos aujòls 'sus ancestros' aparece entre ben que y el verbo. También como en español y catalán, ben que expresa enfáticamente el compromiso del hablante con la veracidad del enunciado. No obstante, el occitano presenta una diferencia importante con respeto a la distribución de ben que: en los ejemplos que hemos identificado en la base de datos BaTelÒc, ben que está precedido por el adverbio epistémico benlèu 'tal vez, a lo mejor, quizás'. Según Pietrandrea (2018), los adverbios epistémicos como benlèu no pertenecen sintácticamente a la oración, pero semánticamente, tienen alcance sobre ella y no solamente matizan el grado de compromiso del locutor con la veracidad del contenido del enunciado, sino que también lo conectan con el terreno común del discurso.

[44] Aunque no encontramos secuencias [adverbio epistémico + partícula + que] con bien que y bé que en español y catalán, otras partículas vinculadas a la expresión de la polaridad positiva enfática sí que aparecen en contextos similares:

(52)

Elejabeitia Tavera & López Sáez (2003: 102):
si todo no fuera dinero, dinero, dinero, a lo mejor sí que se podría mirar otra manera de vivir (…)

(53)

Catalán, Ferrer i Mató (2014):

El

més

important,

la

trobada

entre

el

president

Mas i Rajoy:

potser

lo

más

importante

la

encuentro

entre

el

presidente

Mas y Rajoy:

tal vez

sí que

parlaran,

potser

no...

i

si

ho

fan,

potser

sí que

sí que

hablaran

tal vez

no

y

si

lo=

hacen

tal vez

sí que

s'entendran,

o

potser

no

(…)

se=entenderán

o

tal vez

no

[45] Los factores que determinan la aceptabilidad de la secuencia [adverbio epistémico + partícula + que] en el caso de sí que en español y catalán y en el caso de ben que en occitano, pero no en los casos de bien que y bé que en catalán y español quedan fuera del alcance de este artículo. Sin embargo, el hecho de que la expresión de un alto grado de asertividad del hablante se traduzca en la presencia de que en la periferia izquierda de la frase en estas tres lenguas, sugiere que la función de este complementador está vinculada a este valor pragmático, como ha sido sugerido por sí/sí que en Villa-García & González Rodríguez (2020).

[46] Antes de finalizar este apartado, exploraremos brevemente el valor de bien que y benché en francés e italiano. Tal y como Hernanz (2006: 119) señala, puesto que las construcciones /bien contrastan el valor de un enunciado con una versión negativa del mismo, su polaridad enfática adquiere una tonalidad cuasi-concesiva. En efecto, en italiano o francés, al igual que en catalán y castellano antiguo, la secuencia bien que y benché ha sido gramaticalizada como conjunción subordinante concesiva:

(54)

Francés, Wikipédia Conseil des ministres:

Bien que

le

président

du

Conseil

des

ministres

ait

annoncé

ne

aunque

el

presidente

del

Consejo

de los

ministros

haya

anunciado

no

pas

vouloir

de

« changements

révolutionnaires »,

l'exécutif

compte

dix

nouveaux

ministres (…)

no.2

querer

de

cambios

revolucionarios

el ejecutivo

cuenta

diez

nuevos

ministros

(55)

Italiano, Francesco Sponza, c.p.:

Benché

non

abbia

un

soldo,

ho

comprato

un

nuovo

iPhone

aunque

no

tenía

un

duro

he

comprado

un

nuevo

iPhone

[47] Encontramos casos en occitano donde ben que solo puede recibir una lectura concesiva:

(56)

Occitano languedociano, Marcèu Esquieu, Dels camins bartassièrs, 2003, BaTelÒc:

Lo

regent

ajustèt

pas:

«Veses,

Marcèu,

lo

bon

Dieu

t'

el

profesor

añadió

no

ves

Marcèu

el

buen

Dios

te=

a

castigat!»

Èra

pas

dins

sas

cresenças ...

Mas

benlèu

ben

ha

castigado

era

no

dentro

sus

creencias

pero

tal vez

bien

que

per

un

còp,

aquòi

tanben

oi

pensava!

que

por

una

vez

esto

también

lo

pensaba

En (56), ben que no puede tener una lectura de polaridad enfática: el contexto discursivo explicita que lo regent no podía pensar que Dios había castigado a Marcèu porque no era creyente, pero a pesar de esto, en aquella ocasión concreta a lo mejor lo pensaba. La clave es que, en este contexto, la lectura concesiva es necesaria y la lectura polar enfática queda excluida dado que el hablante no afirma categóricamente que lo regent pensara que Dios lo había castigado, sino que simplemente lo supone, a pesar del contexto. Los ejemplos (50) y (51) que hemos visto arriba, en que ben que marca un alto grado de asertividad enfática que es matizado y suavizado por el adverbio benlèu. A pesar de que hemos encontrado este ejemplo de ben que como conjunción concesiva, ben que solo aparece con esta acepción en el diccionario gascón Atau qu'es ditz, y en ningún otro diccionario occitano que hemos podido consultar, sugiriendo que este caso de ben que concesivo pudiera tratarse de un galicismo.

[48] El catalán y el español antiguo también presentaban bé que/bien que con valor concesivo. Pérez Saldanya & Salvador (2014) sitúan el origen de esta estructura en el italiano del siglo XIII, empezándose a documentarse en catalán, español y francés a partir del XIV. A pesar de su difusión contemporánea en estas lenguas, su uso en catalán y español antiguo fue esporádico, y en las lenguas modernas es casi inexistente, mientras que en francés se solidificó a partir del siglo XVI y continúa siendo usado con frecuencia hoy en día.

[49] Cabe subrayar que, en español y catalán antiguo, bé que/bien que introduce oraciones concesivas propias, es decir, oraciones concesivas en las que la verdad del contenido de la proposición contenida en la oración concesiva es necesaria para que el enunciado completo sea verdadero. Esta característica conecta con el uso de focalizador superior de /bien, frecuente en estructuras adversativas en las que bé/bien se situaría en la tesis, que a menudo contiene un verbo de conocimiento, de existencia o de habla, seguida de la antítesis, introducida por una conjunción adversativa (Rofes 2010: 174):

(57)

Vides, 317.8, CICA:

sey

eu

que

vuy

és

Pasca,

per

so

car

eu

é

bien

yo

que

hoy

es

Pascua

por

esto

porque

yo

he

persivit

que·t

veya.

Mas

ben

sàpies

que,

con

eu

fos

luyn

dels

percibido

que=te

veía

pero

bien

sepas

que

cuando

yo

fuera

lejos

de los

homes

posat,

no

saubia

ges

que

fos

la

festa

de

Pasca.

hombres

puesto

no

sabía

nada

que

fuera

la

fiesta

de

Pascua

(58)

Calila, 275, CORDE:
Bien es así como tú dizes, pero el omne de buen acuerdo non se debe asegurar en aquel con quien está omiziado.

[50] Así las cosas, podemos esbozar la siguiente clasificación de las lenguas romances según las distintas acepciones de bien que presentan:

Modificador de grado

Focalizador inferior

Focalizador superior

Valor epistémico

Conjunción concesiva

Español

Catalán

Occitano

✓/✕

✓/✕

✓/✕

Francés

Italiano

Tabla 1: Los usos de bé/bien/ben en algunas lenguas romances

La Tabla 1 muestra las posibles acepciones de bien en las cinco lenguas romances que hemos examinado en este artículo. Hay tres funciones que marcan una frontera entre el catalán, el occitano y el español frente al francés y el italiano: por un lado, la función de focalizador superior y de modificador epistémico solo son activas en español, catalán y occitano gascón, mientras que la función de conjunción concesiva solo se encuentra, actualmente, en francés, italiano y, posiblemente, en occitano gascón.

[51] Por consiguiente, las lenguas romances modernas se pueden dividir en dos grupos: aquellas que se sirven de bien únicamente para focalizar una aserción contra el contexto discursivo (seguido o no de que) y aquellas que poseen bien que como conjunción concesiva. El occitano, concretamente el dialecto gascón, actúa como bisagra entre los dos grupos.

[52] Diacrónicamente, la aparición de bé que/bien que como conjunción concesiva parece ser independiente a la aparición de bé que/ bien que como marcador epistémico. El primero, como hemos señalado anteriormente, es probable que llegara a la península a través del italiano. El segundo, seguramente se desarrolló independientemente, como parte de un paradigma de marcadores epistémicos que toman complementos oracionales conectados con el discurso (Hill 2007; Cruschina 2015; Kocher 2017; Pujol i Campeny 2021). La emergencia de este paradigma de marcadores epistémicos a partir del siglo XIV en las lenguas iberorromances puede haber influido a la baja frecuencia de bé que/bien que como conjunción subordinante concesiva durante el periodo medieval. Sin ofrecer un análisis detallado de ello, sugerimos el siguiente proceso de gramaticalización para el marcador epistémico, asumiendo que la conjunción concesiva es un préstamo19:

(59)

Modificador de grado → focalizador inferior → focalizador superior → marcador epistémico

Por consiguiente, el español y el catalán, juntamente con el occitano gascón, exhiben un mayor grado de gramaticalización del adverbio bé/bien/ben como marcador focal y epistémico que el francés y el italiano. El occitano sería una variedad de transición, en la que ambas excepciones de ben que existen aún hoy en día.

3.3 Pla

[53] Tal y como hemos visto en § 2, el languedociano se sirve de los adverbios focalizadores ben y plan para expresar foco de polaridad. En este apartado, consideraremos el análisis de Rigau (2004) del adverbio de modalidad epistémica pla en catalán y compararemos su distribución con la del occitano, las dos únicas lenguas romances que han gramaticalizado este adverbio para expresar certeza epistémica. Su uso es frecuente en el catalán del noreste de Cataluña, incluyendo el de la comarca del Pla de l'Estany, en el que se basa el estudio de Rigau.

[54] Rigau (2004) define pla como un marcador de modalidad epistémica, es decir, un adverbio que, como bien, afirma (o niega) implícitamente una situación presente en el contexto discursivo. Sin embargo, también como bien, plan puede funcionar como adverbio de modo. Como adverbio de manera, pla puede modificar ben, reforzando su valor completivo:

(60)

Catalán, Rigau (2004: 2, ej. 1c):

Estem

pla

ben

arreglats.

estamos

pla

bien

arreglados

[55] En occitano, encontramos la secuencia inversa, en la que ben modifica plan:

(61)

Languedociano, Enric Moulin, E la barta floriguèt, 1979, BaTelÒc:

As

ben

plan

rason,

pardí!

tienes

bien

plan

razón

por Dios

Según Rigau (2004: 6, n. 6) esta secuencia también era posible en catalán, pero actualmente ya no es productiva.

[56] En segundo lugar, plan puede actuar como marcador focal. Recordemos que Rigau (2004) considera los marcadores focales como cuantificadores, dado que, al aseverar enfáticamente una situación contra el contexto discursivo, evoca otras situaciones discursivas de manera implícita. Los ejemplos (62-64) ilustran distintos contextos en los que pla actúa como focalizador:

(62)

Catalán, Rigau (2004: 4, ej. 4c):

El

seu

llibre

pla,

és

interessant.

el

su

libro

pla

es

interesante

(63)

Catalán, Rigau (2004: 7, ej. 15):

A:

Acabo

la

jornada

ben

cansat.

acabo

la

jornada

bien

cansado

B:

Jo

pla,

que

tinc

dues

feines.

yo

pla

que

tengo

dos

trabajos

(64)

Catalán, Rigau (2004: 15, ej. 36a):

Semblava

que

no

se'n sortiria

però

ell

pla

es

va espavilar:

al

cap

parecía

que

no

lo lograría

pero

él

pla

se

espabiló

al

cabo

de

pocs

dies

ja

ho

tornava

a

tenir

tot

ordenat.

de

pocos

días

ya

lo=

volvía

a

tener

todo

ordenado

En (62), la presencia de pla sirve para expresar que no se le puede asignar a ningún otro elemento del discurso la propiedad del predicado con el mismo grado que al sintagma que pla focaliza. Por lo tanto, (62) puede ser parafraseado como 'de todos los elementos en el discurso que pueden ser considerados interesantes, el libro es el que lo es más'. Puesto que pla sitúa el libro en una escala que contiene diferentes elementos ordenados según su interés, Rigau describe este adverbio como ponderativo. En (63), pla, seguido por una pausa prosódica, marca que el hablante B acaba la jornada laboral más cansado que el hablante A, con elisión del predicado de la frase. La oración adverbial causal introducida por que añade la justificación de por qué B acaba la jornada más cansado que A. De nuevo, la presencia de pla resalta una propiedad, en este caso, tener dos trabajos, que es cierta para uno de los referentes del discurso, el hablante B, y no lo es para los otros. En (64), pla evoca la suposición de que no se esperaba que Pere lograra espabilarse dadas las circunstancias, y enfatiza que, en efecto, lo hizo. Por lo tanto, el pla de (64) no tiene un efecto ponderativo, sino que de forma similar a la anteposición no focal que hemos explorado en § 2, excluye una lectura inversa del enunciado, expresando foco de polaridad20. En todos los casos, la presencia de pla refuerza la certeza epistémica que el hablante tiene sobre el enunciado.

[57] En § 2, hemos visto que en occitano languedociano, plan y ben son dos estrategias disponibles para expresar el foco de polaridad. Aquí reproducimos los dos ejemplos que presentan el último:

(65)

Occitano languedociano:

Ne

deu

aver

fach

passar

plan

pauc(s),

d'estudiants,

aquel

professor.

de estudiantes=

debe

haber

hecho

pasar

muy

pocos

de estudiantes

ese

profesor

(66)

Occitano languedociano:

Es

ben/plan

çò

que

disi.

es

bien/muy

eso

que

digo

En (65), plan precede el cuantificador paucs 'pocos'. La presencia del cuantificador evoca, de por sí, otros elementos del discurso, que en este caso son los muchos estudiantes que el profesor no ha aprobado. La presencia de plan resalta que en efecto son pocos los que deben de haber aprobado y refuerza la certeza epistémica del enunciado. En (66), la presencia de plan también refuerza la certeza epistémica del enunciado, en este caso, excluyendo cualquier otra lectura aparte de la que él mismo resalta.

[58] Si comparamos el pla catalán con el plan occitano, vemos que, en primer lugar, su distribución sintáctica difiere: en catalán, pla aparece en posición preverbal (ya sea de un predicado elidido como en (62) y (63), o de un predicado explícito, como en (64)), mientras que en occitano precede al elemento que recibiría anteposición no focal en español, siempre en posición posverbal. Recordemos que los elementos susceptibles de ser antepuestos son siempre aquellos elementos de la oración que pueden considerarse cuantificadores, en el sentido de Rigau (2004), que evocan otros elementos del discurso con los cuales compiten, y, en consecuencia, tienden a ser elementos temáticos y no remáticos. En occitano, tanto plan como ben pueden marcar estos elementos.

[59] Por lo tanto, a pesar de que tanto la lengua catalana como la occitana comparten la gramaticalización del adverbio latín plane como marcador focal epistémico, este exhibe un comportamiento distinto en cada variedad. En catalán nororiental puede actuar, por un lado, como marcador focal epistémico ponderativo de polaridad positiva, o como marcador focal de polaridad positiva preverbal, como en catalán (véanse los ejemplos (40-41)) o be en gascón (véanse los ejemplos (43-45)), mientras que en occitano languedociano simplemente tiene función de marcador focal de polaridad positiva, apareciendo en posición posverbal, como el marcador focal completivo ben.

[60] Así las cosas, podemos concluir que el occitano y el catalán son las dos únicas variedades romances que han gramaticalizado el adverbio plane como marcador focal de polaridad positiva, a pesar de que en catalán la distribución de este se alinee con superior y en occitano con be inferior.

4 Conclusión

[61] En este artículo hemos ofrecido nuevos datos para poder situar el occitano con respecto a la expresión de la polaridad positiva enfática y el grado de compromiso del hablante hacia la veracidad de su enunciado. Al analizar la anteposición no focal con lectura de foco de polaridad y la distribución de las partículas de polaridad positiva be(n) y plan, hemos establecido, primeramente, que el occitano se alinea con el catalán al poder recurrir a la anteposición no focal con lectura de foco de polaridad con elementos cuantificados, pudiendo ser añadido al grupo de lenguas restrictivas de Leonetti (2017). En segundo lugar, hemos identificado otros mecanismos mediante los cuales el occitano puede expresar el foco de polaridad: las partículas de polaridad positiva be(n) y plan. Con relación a be(n), hemos mostrado que sus usos y su distribución son paralelos a los del bé/ben catalán, pudiendo ser empleado como adverbio de modo, como marcador focal inferior con valor completivo, como marcador focal superior, y como marcador de modalidad epistémica, acompañado por el complementador que. También hemos comparado los usos de y be(n) del catalán y el occitano con los de otras lenguas romances, mostrando que estas dos variedades actúan como bisagra en el continuum iberorromance - galorromance (Tabla 1). En cuanto a pla/plan, hemos mostrado que, a pesar de que su uso esté conectado a la polaridad y la asertividad tanto en catalán como en occitano, la distribución del elemento es distinta en las dos lenguas: en catalán, su distribución es paralela a la de superior, mientras que en occitano sigue la misma pauta que be inferior.

[62] Teniendo en cuenta que la anteposición no focal era una característica compartida de las lenguas romances medievales, se puede considerar que el catalán y el occitano son lenguas innovadoras, ya que, habiendo restringido el uso de la anteposición no focal, recurrieron a la gramaticalización de adverbios para expresar el foco de polaridad, reanalizados a su vez como marcadores de modalidad epistémica (y de fuerza ilocutiva en gascón).

[63] Los datos presentados aquí sugieren nuevas líneas de investigación que contribuirán a mejorar nuestra comprensión de la microvariación entre los dialectos occitanos y la evolución de la periferia izquierda romance. Por un lado, el hecho de que el dialecto gascón presente be superior en distribución complementaria con la partícula enunciativa que muestra que este dialecto tiene una posición estructural en la frase destinada a expresar no solo la fuerza ilocutiva, sino también la actitud del hablante hacia el contenido del enunciado. No deja de ser interesante que la aparición del complementador que junto a bé/bien en catalán y español y junto a que en catalán también esté vinculada a la actitud del hablante. Se requiere un estudio diacrónico y comparativo para entender mejor cuál es el rol de que y su posición en la estructura oracional en las distintas lenguas romances así como para establecer si el que que acompaña bé/bien y es el mismo que aparece en occitano, y si este está conectado con la partícula enunciativa gascona que, que podría tener sus orígenes en la función de marcador de modalidad epistémica enfática, para luego ser gramaticalizado como marcador de fuerza ilocutiva declarativa positiva. Al mismo tiempo, en languedociano hemos encontrado ejemplos de anteposición no focal con valor de foco de polaridad. La aparición de esta estructura en este dialecto y su ausencia en gascón sugiere la presencia de una isoglosa asociada a la expresión de la polaridad enfática.

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1 En gascón, el dialecto occitano hablado aproximadamente en el área suroeste de Francia que corresponde a la región histórica de Gascuña, las oraciones declarativas no marcadas presentan el marcador formal que, que aparece en posición preverbal y puede ser precedido por el sujeto u otros elementos de la frase:

(i)

Nadau (2013):

Que

i

avè

ombra,

e

chic

de

lutz.

partícula

allí

había

sombra

y

poco

de

luz

2 Bruce & Farkas (2010) usan los términos [same] y [reverse] en inglés. Las traducciones [coincidencia] y [refutación] son mías.

3 Como se puede observar en (3-8), los ejemplos en español pueden presentar el complementador que opcionalmente, mientras que en catalán este es obligatorio. Villa-García & Rodríguez González (2020) proponen que la aparición de que en sí que implica un alto grado de confianza del hablante hacia el contenido del enunciado, ausente en oraciones en las que aparece sin que, donde simplemente se afirma enfáticamente la polaridad positiva de la oración. Véase Rodríguez Molina (2014) para un análisis de en castellano antiguo.

4 Un ejemplo sería el primer verso de este poema de Apollinaire:

(i)

Apollinaire (1880-1918: 43):

Sous

le

pont

Maribeau

coule

la

Seine.

bajo

el

puente

Maribeau

fluye

el

Sena

5 El sintagma antepuesto aparece resaltado en mayúsculas.

6 La base de datos BaTelÒc, desarrollada por el laboratorio de lingüística CLLE-ERSS de la Universidad Jean Jaurés de Toulouse, recoge textos occitanos de distintos géneros literarios (novela, poesía, teatro, cuento, crónica, ensayo) y dialectos (por el momento, languedociano, gascón, provenzal, lemosín, auvernés, vivaroalpino), a partir del siglo XIX hasta la actualidad para facilitar el estudio de esta lengua y su literatura. Actualmente contiene 3,37 millones de palabras y permite varios tipos de búsqueda (por palabra, secuencias de palabras).

7 Para establecer qué elementos pueden estar sujetos a la anteposición no focal en occitano, procedimos a examinar el contexto sintáctico de elementos no cuantificados que sí que pueden ser antepuestos en español, en especial demostrativos, sintagmas preposicionales y adverbios equivalentes a los propuestos en los ejemplos de anteposición no focal de Batllori & Hernanz (2011). No encontramos ningún caso.

8 Dado que no hemos encontrado datos que atestigüen la existencia de esta estructura en otros dialectos occitanos, asumimos (hasta que podamos demostrar lo contrario) que estos se alinean con el francés y el italiano, dos lenguas que no presentan anteposición no focal. Así las cosas, hemos decidido situar el occitano por encima del catalán, y no al mismo nivel, a pesar del paralelismo claro entre esta lengua y el occitano languedociano.

9 Mientras que Batllori & Hernanz (2011) y Quer (2002) aceptan la coocurrencia de anteposición no focal y negación en la misma oración, Leonetti & Escandell-Vidal (2009: 198) descartan esta posibilidad. Dejamos esta cuestión para futuros estudios.

10 Con la siguiente excepción: en catalán, puede aparecer con el adverbio negativo no en oraciones que establecen un marco contrastivo para una expresión superlativa, a menudo hiperbólica:

(i)

Catalán:

L'habitació

no està

ben

bruta,

no…

està

brutíssima!

la habitación

no está

bien

sucia

no

está

sucísima

11 El programa cartográfico (Rizzi 1997) propone la existencia de proyecciones dedicadas a distintas funciones discursivas en la periferia izquierda de la oración. Las varias propuestas sobre la estructura de la periferia izquierda identifican tres capas informacionales que aparecen entre los nudos funcionales Fuerza y Finitud:

(i)

SFuerza → SMarco → STópico → SFoco → SFinitud → ...

Belletti (2004) propone que SV posee una periferia izquierda activa que puede albergar elementos topicalizados y focalizados. Asumiendo que los procesos de gramaticalización implican el movimiento ascendiente del elemento gramaticalizado a través de la estructura oracional (Roberts & Roussou 2003), consideramos la idea de que ben se mueve de su proyección adverbial designada (Cinque 1999) a SFoco en la periferia izquierda de SV. Sin embargo, se requeriría un estudio minucioso de la periferia izquierda de SV en catalán moderno para poder afirmar que este es el caso, algo que, por razones de espacio, dejamos para otra ocasión.

12 Todos los casos de bien polar inferior identificados en el texto de la General Estoria aparecen con el verbo modal poder, y no con auxiliares de tiempo, sugiriendo que ya en el s. XIII, la distribución del bien inferior difería entre el castellano y las otras lenguas romances. Dejaremos la evolución de la sintaxis de bien en castellano para futuros estudios.

13 En términos generativistas, superior corresponde a la periferia izquierda. Referimos al lector a Batllori & Hernanz (2013) y Pujol i Campeny (2019) para un estudio exhaustivo de la estructura de la periferia izquierda en relación con las partículas de polaridad.

14 De nuevo, en términos generativistas esta estructura supone movimiento del verbo a la periferia izquierda, hecho que tiene como efecto secundario la aparición de órdenes V-S como en (40), siempre y cuando el sujeto no sea dislocado ni a la izquierda ni a la derecha.

15 Bé/bien no es el único adverbio de modo que pasó por este proceso de gramaticalización. El adverbio latino sic 'así' también pasó por él, dando la partícula de polaridad positiva .

16 Tanto Pusch (2000) como Suïls Subirà & Ribes (2015) presentan ejemplos en los que partículas enunciativas coocurren con adverbios negativos (ya sea non o pas). Por su baja frecuencia, estos casos se tratan como excepciones en ambos trabajos.

17 La paráfrasis de las oraciones con partículas de polaridad positiva enfática con adverbios que denotan un alto grado de epistemicidad no es gratuita: estos adverbios son, según Garassino & Jacob (2018), una estrategia alternativa para expresar foco de polaridad.

18 Hay una variación significativa (de baja aceptabilidad a agramaticalidad) en la aceptación de (45-46) en español y (48) en catalán entre los hablantes que hemos consultado. Dejamos la discusión de la sintaxis de estas estructuras para trabajos futuros.

19 Rofes (2010) sugiere que, aunque esta conjunción aparezca en primer lugar en italiano, el catalán medieval poseía las condiciones necesarias para su gramaticalización como conjunción concesiva, pero no descarta la opción del préstamo lingüístico del italiano. Pérez Saldanya & Salvador (2014) tampoco descartan esta opción para el español.

20 Rigau (2004) también describe un pla de polaridad negativa, que autoriza elementos de polaridad negativa en la oración. Su origen sería un uso irónico del pla positivo que coocurriría con un no no realizado fonológicamente. Así pues, se trataría de un uso más del pla positivo:

(i)

Catalán, Rigau (2004: 12, ej. 30a):

En

Pere

pla

que

sap

res.

el

Pere

pla

que

sabe

nada